María del Rocío, de Cristóbal López Gándara

Tras mucho tiempo, volvemos con uno de los estrenos de este 2019. María del Rocío, es una marcha de procesión para banda de música con cornetas y tambores compuesta por Cristóbal López Gándara. Dedicada a la dolorosa que radica en la Iglesia de Santiago de Sevilla, fue estrenada por las Nieves de Olivares el 26 de Enero en la Parroquia de San Ildefonso.

En palabras del autor, «esta obra pretende ser una evocación sonora del discurrir del paso de palio de María Santísima del Rocío por las calles de Sevilla, donde las añoranzas y las alegrías se entremezclan, con el evocador telón de fondo de la primavera sevillana.

La introducción de la marcha es toda una declaración de intenciones sobre lo que va a suceder en el resto de la obra, donde se entremezclan elementos tanto románticos como impresionistas, con una aterciopelada melodía que representa la dulzura de la Virgen. Esta música evoluciona en tensión para desembocar en un torrente de alegría en el primer tema, donde hacen su aparición las cornetas y tambores, que de manera fugaz y sin solución de continuidad, se convierte en el fuerte de bajos, al estilo de mis últimas obras donde para acentuar los temas triunfales van sucediéndose los temas de manera rápida y efectiva. El fuerte de bajos es sin duda la alegría del palio de la Virgen del Rocío, apareciendo distintos elementos ornamentales como los trinos en las flautas que adornan al tradicional acompañamiento de fuerte de bajos, las cajas chinas de los tambores, así como la utilización de un timbre especial, el triángulo que le da una sonoridad especial. A todo esto se suma una brillante melodía de los metales graves, al que en la repetición de esta sección acompañarán las cornetas, consiguiendo una brillante fanfarria. A continuación, como es tradicional en la forma marcha, se repite de nuevo el primer tema con el cual se da fin a toda la primera parte de la marcha.

A través de un interesante y arriesgado cambio de tonalidad a la mediante del homónimo menor, se da paso al trío, donde de nuevo aparece la música de la introducción pero ya con plenitud e identidad total. Esta sección, construida con una amplitud inusual, pasa por varios estados de ánimo a través de las constantes fluctuaciones de la armonía, que le dan un sabor muy particular, pero siempre con la técnica de construcción armónica propias de mi obra. El trío se repetirá de nuevo en forte con un contracanto, como es tradicional y cerrará de manera triunfal con las cornetas en una brevísima intervención.»